Un hombre concurre a consultar a un terapeuta por primera vez, quejándose de que está muy deprimido. El profesional le pregunta qué le pasa y el paciente responde:
- Y, tengo 35 años... y sigo sin pegarla con las mujeres. Haga lo que haga, se me asustan y se van...
- Pero amigo... ¡eso no es un problema grave! Hay que trabajar en su autoestima. Todas las mañanas quiero que se levante, vaya al baño, se mire en el espejo y diga: «Soy una buena persona, divertido, atractivo». Pero dígalo con convicción, sintiéndolo. Dentro de una semana va a ver que las mujeres van a correr a su encuentro y van a morirse por estar con usted.
El paciente se va del consultorio, aparentemente convencido de las bondades del consejo. Tres semanas más tarde regresa a la sesión con la misma expresión de tristeza y depresión pintada en el rostro. El psiquiatra le pregunta:
- ¿Y?... ¿funcionó mi consejo?
- Sí. Estas tres semanas me acosté con las mejores y más bellas mujeres de mi vida...
- Y entonces...¿cuál es su problema?
- ¿Problema? Yo no tengo ninguno. Mi esposa sí...