Una maestra les pide a sus alumnitos que cuenten una historia familiar con una moraleja.
Martita levanta la mano y cuenta:
Martita levanta la mano y cuenta:
-Mi papá tiene una granja con un montón de gallinas ponedoras. Una vez estábamos llevando los huevos al mercado para venderlos y mi papá los había puesto en una canasta en el asiento delantero de la camioneta.
Agarramos un pozo y los huevos salieron volando por el aire.
Agarramos un pozo y los huevos salieron volando por el aire.
-¿Y cuál es la moraleja, Martita?
-No hay que poner todos los huevos en la misma canasta...
-¡Muy bien! ¿Y vos, Jorgito, qué historia trajiste?
-Mi familia tiene un criadero de pollos. Una vez una gallina puso doce huevos, pero cuando los empolló solo salieron ocho.
-¿Y cuál es la moraleja, Jorgito?
-Nunca cuentes tus pollos antes de que salgan del cascarón.
En ese momento Jaimito levanta la mano y la maestra no tiene más remedio que preguntarle qué historia trajo.
-Mi tío Enrique es piloto de guerra, y una vez estaba volando sobre África; el avión se averió y tuvo que eyectarse.
Lo único que llevaba era una botella de whisky, una ametralladora y un machete. La botella se la tomó antes de saltar para que no se rompiera.
Cuando cayó, lo rodearon 100 mercenarios armados hasta los dientes; Enrique mató a 70 con la ametralladora, y cuando se le acabaron las balas mató a los otros 30 con el machete...
Lo único que llevaba era una botella de whisky, una ametralladora y un machete. La botella se la tomó antes de saltar para que no se rompiera.
Cuando cayó, lo rodearon 100 mercenarios armados hasta los dientes; Enrique mató a 70 con la ametralladora, y cuando se le acabaron las balas mató a los otros 30 con el machete...
-¿Y la moraleja?
-Ni se te ocurra acercarte al tío Enrique cuando se pone en pedo...