Medios hegemónicos
y estrechez conceptual
El diario La Nación cubrió los hechos desde la sección Seguridad, mientras que el periódico platense El Día dedicó sólo una nota a los debates, centrando su agenda en hechos delictivos protagonizados por narcotraficantes.
Cualquier cosa vale para oponerse a Eugenio Zaffaroni.
El pasado 6 de junio, comenzó en la Cámara de Diputados de Argentina el debate en torno a la modificación de la ley 27.737, que desde 1989 penaliza el consumo de drogas. Los puntos clave de las modificaciones a la mencionada legislación radican en la no punibilidad de su consumo -no sólo de la marihuana- y en la posibilidad de permitir el autocultivo para consumo personal.
El nuevo proyecto surgió del consenso de los bloques del Frente Para la Victoria (FPV), de la Unión Cívica Radical (UCR) y del Frente Amplio Progresista (FAP).
Los debates se centraron en el análisis de ocho proyectos que abordan el tema en la Cámara baja, y sobre ellos expusieron el ministro de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni, los subsecretarios de Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR), Ignacio O´Donell y Víctor Malavolta, y el director de adicciones del Ministerio de Salud, Alberto Calabrese, entre otros. Todos apoyaron las modificaciones a la ley.
El tratamiento mediático
En la cobertura del tema realizada por parte de los diarios Clarín, La Nación (de alcance nacional) y El Día (de la ciudad de La Plata) se pueden apreciar diferentes visiones. Mientras que Clarín centró su análisis en el consenso de los diferentes sectores políticos en torno a la necesidad de implementar una nueva legislación en torno al tema drogas, La Nación y El Día pusieron el acento en los retrasos por parte de la oficialidad en definir contundentemente la cuestión.
Por otra parte, mientras Clarín ubicó a la temática en la sección Sociedad, La Nación cubrió los hechos mayoritariamente desde la sección Seguridad, mientras que el matutino provincial dedicó solamente una sola nota a los debates, centrando su agenda en hechos delictivos protagonizados por narcotraficantes. Se trata de un posicionamiento editorial que tiende a la desnaturalización del debate: otro intento de la “criminología mediática”.
Los titulares del período analizado dan cuenta de ello: “La despenalización se quedó sin debate” (La Nación, 7/6), pieza donde se remarca la ausencia de Nilda Garré y Rafael Bielsa a las sesiones en diputados, “El oficialismo sacó el pie del acelerador” (La Nación, 7/6). En esta pieza, el medio remarca que “a contramano del tratamiento exprés con que se aprobaron proyectos de ley reclamados por la Casa Rosada, el oficialismo en la Cámara de Diputados ha decidido levantar el pie del acelerador para buscar consenso, tanto fuera como dentro del bloque kirchnerista”. Otro ejemplo es la pieza del 13 de junio, donde La Nación titula “Diputados demoran el dictamen sobre la despenalización de las drogas”.
Por su parte El Día, sigue en su tratamiento la lógica de La Nación. La única nota del matutino que aborda el tema, publicada el 13 de junio sentenciaba: “Se desinfla el debate por la despenalización de drogas por diferencias en los bloques”.
El contraste de estas coberturas con la realizada por Clarín es evidente. Sus titulares así lo reflejan: “Comienza hoy el debate por la despenalización de las drogas” (6/6), “El debate por la despenalización del consumo de drogas dio su primer paso en diputados” (6/6), y “Coincidencias sobre el proyecto para despenalizar el uso de drogas arrancó con gran apoyo” (7/6).
El especialista de La Nación
En la pieza periodística publicada por el matutino el 11 de junio, titulada “Portugal descriminalizó, pero sanciona”, el medio recurre a la voz de João Castel Branco Goulão para descalificar las posiciones de su antagonista, Eugenio Zaffaroni (recordemos notas anteriores de esta sección, en donde La Nación cuestiona la visión del derecho del magistrado).
De esta manera, La Nación destaca cómo Eugenio Zaffaroni rechazó la posibilidad de fijar en nuestro país valores máximos de droga para consumo personal en la ley que se busca modificar, contrastando esta posición con la de Goulão, quien describe de qué modo en Portugal el sistema “determinó la existencia de cantidades específicas señaladas como suficientes para diez días de consumo personal. Se tolera la portación de dos gramos de cocaína y cinco gramos de marihuana sin que eso sea considerado material para la comercialización. Todos los umbrales son arbitrarios, y estos también lo son, pero funcionan bien; resulta importante siempre contar con una referencia”.
La nota refleja la postura de un funcionario de un país que convirtió al uso de drogas en faltas contravencionales, es decir, no hay castigo penal, pero sí advertencias, multas e imposiciones de rehabilitación.
Todo vale para la prensa dominante a la hora de llevar agua para sus molinos.
Por Giselle Dal Mas y Leonardo Spivak |
Especial para la Agencia Periodística de Buenos Aires www.agepeba.org