BOMBARDEOS DEL 55, EL INICIO DE LA VIOLENCIA EN ARGENTINA, EL RESTO...CONSECUENCIA:
En su Ensayo "Peronismo", el filósofo José Pablo Feinmann recuerda:
Para los pibes de la
Jotapé tener veinte años en 1972 era estar en la mejor edad
de la vida, en el mejor lugar de la Historia.
Pero había entre nosotros otro núcleo, que Arturo no menciona porque él
define a Envido y Envido jamás apoyó la violencia.
Ese núcleo era la lucha armada.
La trampa en que cayó esa generación fue exacta, precisamente ésa.
Como dice Eduardo Grüner: no tengo autoridad ni elementos ni sabiduría
para señalar con certeza qué otro camino habría sido posible o si había otro.
Sólo sé que el que se eligió costó demasiado.
Debiera decir: ojalá Fernando Abal Medina nunca hubiera hecho fuego sobre
Aramburu. Pero, ¿con qué derecho?
Y además, ¿no es un disparate decirlo?
Debiera decir antes: ojalá los gorilas no hubieran bombardeado la Plaza de Mayo.
Ojalá no hubieran derrocado a Perón, promulgado el decreto 4161, asesinado
al general Valle, hecho desaparecer el cadáver de Evita, o masacrado a los
peronistas que regaron con sangre los basurales de José León Suárez y mil cosas
más.
Y hubo hechos que provocaron otros.
Acaso lo único imprevisible, inaceptable y, sobre todo, inimaginable, fue
el horror de la dictadura desaparecedora.
De la llamada "guerra contra la
subversión".
Los que lograban enterarse de "algo"
de lo que se venía lo anunciaban como el fin del mundo: "Esto es distinto", decían.
"Este golpe no es
como los otros. No es otro golpe. Es la masacre total y para cualquiera."